El retraso del lenguaje es uno de los trastornos de la comunicación con el que más frecuentemente nos encontramos los profesionales que trabajamos en la escuela. Normalmente lo detectamos en los primeros cursos de Educación Infantil. Aunque no es un trastorno grave, considero que debe ser tenido en cuenta y recibir el tratamiento adecuado.

Características principales del retraso del lenguaje

La característica principal del retraso del lenguaje es que el niño o la niña presenta un patrón de lenguaje muy similar al de otros niños de edades inferiores. Por ejemplo, un niño de cuatro años presenta un lenguaje muy similar al de un niño uno o dos años más pequeño. Por este motivo se le llama "retraso" del lenguaje. El lenguaje sigue la evolución adecuada, pero retrasado en el tiempo.

Es diferente a otros tipo de trastornos del lenguaje y de la comunicación, en los que la característica suele ser que el lenguaje se desvía, del patrón habitual.

Síntomas principales del retraso del lenguaje

- El niño o la niña tiene intención comunicativa, pero su habla es inmadura, no pronuncia correctamente y en ocasiones, solo sus padres lo entienden. - Aunque no se expresa bien, sin embargo, comprende mucho mejor. - Se aprecia que de manera natural evoluciona con el paso del tiempo, aunque no todo lo deseado.

Factores asociados o contribuyentes del retraso del lenguaje

- Otitis frecuentes en el oído medio, sobre todo. - Un ambiente pobre en estímulos o una sobreprotección excesiva. - Problemas añadidos de atención.

Pautas de tratamiento del retraso del lenguaje

El retraso del lenguaje, sobre todo cuando es un retraso leve, responde muy bien a una estimulación del lenguaje adecuada siguiendo algunas pautas:

- Tratar los posibles problemas de otitis. - No imitar su habla infantil, ni enseñarle palabras inadecuadas, por ejemplo "guagua" por perro. - Hablarle correctamente, despacio y con oraciones sencillas. - "Traducir" su habla,  es decir, que el adulto pronuncie y exprese correctamente lo que el niño intentaba decir. - Hacerle repetir, una sola vez, las palabras que no pronuncia correctamente. - Provocar la mejora de la comunicación, haciendo como que no lo entendemos para que se esfuerce por hablar mejor. - Muy importante, ponerlo en contacto con otros niños. - Mejorar algunos hábitos de alimentación inadecuados, como abusar de los alimentos triturados, ya que no se fortalece el sistema bucofonatorio.

Si a pesar de esas medidas no mejorara significativamente pasado un tiempo prudencial, dos meses aproximadamente, lo más conveniente es que un especialista valorara sus dificultades y decidiera la conveniencia de una estimulación logopédica.