Durante las vacaciones de verano (bastante lejanas ya...) un viejo amigo me recomendó este libro. Todas sus recomendaciones han valido la pena y ninguna me ha defraudado. Otra cosa es que haya sido capaz de sacarle el jugo que este amigo, sí suele extraer de cualquier lectura. Así que me hice con él y lo leí. el libro se llama Superficiales ¿Que está haciendo Internet con nuestras mentes? de Nicolas Carr, publicado por Taurus.
LO QUE NO ES
Lo primero que tengo que señalar es que no se trata ni de un libro sensacionalista,
ni defiende ninguna idea de la conspiración, como su título en español podría en algún momento hacernos pensar.
Justo lo contrario, N. Carr ha documentado cada capítulo y se ha basado en los resultados de investigaciones. En menor medida, argumenta con las opiniones de auténticos expertos. Las investigaciones provienen, en la gran mayoría de los casos del mundo
de la neurociencia.
EL CONTENIDO
No voy a contar el argumento del libro, porque después les animaré a la lectura. Plantea
los efectos que en el nivel cognitivo produce el uso de Internet, y sobre todo en el mismo nivel físico de nuestro cerebro. Internet es una herramienta útil, muy extendida... pero no es inofensiva y podemos decir que
nos cambia como seres humanos.
Los efectos que describe
los va a percibir el lector en él mismo, si es usuario de Internet, cuando ha leído un tercio del libro.
RECOMIENDO SU LECTURA
Recomiendo su lectura. Es imprescindible que
los que nos dedicamos a la educación, da igual la etapa en la que trabajemos o el cargo que desempeñemos, lo leamos y seamos conscientes de esos efectos. Sería bueno que reflexionáramos en nuestros contextos sobre cómo poner remedio, porque yo mismo no sé cómo hacerlo.
También lo recomiendo a los padres y madres. Porque tanto ellos como sus hijos son también víctimas de esa transformación. Deben ser conscientes de
qué herramienta ponen en sus manos.
También es recomendable para cualquier
usuario de la Red: blogueros, escritores, editores... hay para todos.
Termino con una reflexión que hace el autor al final del libro, recordando la escena de la película
2001, una odisea en el espacio, en el que el astronauta está desconectando a Hal, el ordenador:
En el mundo de la película 2001, una odisea en el espacio, la gente ha llegado a ser tan maquinal que el personaje más humano resulta ser la máquina. Tal es la esencia de la oscura profecía de Kubrick: al confiar en los ordenadores para intermediar en nuestra comprensión del mundo, nuestra propia inteligencia se aplana y se convierte en inteligencia artificial.
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