Trabajo como orientador en un Centro Público de Educación Infantil y Primaria. Desde hace ya bastantes años, desarrollo un programa con las familias de los alumnos de 1º de Infantil (3 años) para prevenir o mejorar las pautas educativas inadecuadas.

Es una actividad voluntaria. Para ello las familias deben completar un cuestionario que valora cómo llevan a cabo algunas pautas educativas básicas.

Los cuestionarios se entregan y los voy corrigiendo conforme un baremo que se ha ido elaborando a lo largo de estos años.

Más adelante se mantiene una entrevista individual con cada una de las familias participantes donde se comentan los resultados, se aclara la información y se facilitan pautas y orientaciones cuando es necesario.

Aunque corregir los cuestionarios y entrevistar a casi 50 familias supone un trabajo extra, creo que vale la pena. Los aspectos que considero más positivos de esta actuación son los siguientes:

-  Es una oportunidad para que desde el principio las familias conozcan al orientador y lo tengan como un profesional de referencia en el Centro. Para mí también es la ocasión de ir conociendo a todas las familias del colegio y a sus hijos. 

-   Es una medida preventiva que puede ayudar a las familias a mejorar las pautas educativas básicas que mantienen con sus hijos.

-   Con esta actividad se abre de cada alumno una “historia clínica” de manera que tengo una información básica de cada.

Estoy seguro que las familias y el equipo educativo de Educación Infantil valora y apoya este tipo de actuaciones.

Por último, comentar que algunos orientadores de la zona y de lugares donde he impartido cursos sobre este tema, también valoran estas actuaciones y las están desarrollando en sus centros. Eso es bueno y creo que forma parte de las funciones principales que los orientadores debemos desarrollar en esta etapa de Infantil y Primaria.

Jesús Jarque García