El síndrome del cambio de tutor es una de esas situaciones que podemos incluir en cada comienzo de curso. Se incluye junto con otros muchos, como el ya típico síndrome postvacacional.
Este es un fenómeno que vengo apreciando en familias de Educación Infantil y Primaria cuyos hijos cambian de tutor o de tutora. Es un “síndrome” que afecta principalmente a las familias, pero que predispone negativamente a los niños y termina afectando a todos, incluidos los educadores.
En este artículo te quiero describir en qué consiste y ayudarte, como padre o madre a descubrir si lo padeces, para que pongas remedio.
Síntomas principales del síndrome del cambio de tutor
Las familias que padecen el síndrome del cambio de tutor, suelen mostrar los siguientes síntomas:
A) Cuando el curso está terminando, los padres empiezan a sospechar o a conocer que su hijo o hija cambiará de tutor. Puede ser porque cambien de etapa, porque el tutor o la tutora se traslade. En otros casos eso simplemente porque ha finalizado el ciclo que le correspondía permanecer como tutor de ese grupo. Cuando esto sucede, las familias que lo padecen preguntan si el tutor en cuestión continuará o no un año más. Incluso en casos más graves, alguna familia solicita una entrevista con el director o directora rogándole que el profesor continúe un año más, si es posible. A veces se llega la recogida de firmas por parte de algunas familias.
B) Otro síntoma del síndrome del cambio de tutor sucede una vez producido el cambio. En esos primeros días o semanas de curso empiezan las comparaciones entre el nuevo y el antiguo, de manera que el nuevo tutor o tutora comienza a no gustar.
C) Una vez iniciado el curso, la sensación de descontento se agrava. Definitivamente no gusta el nuevo tutor y se echa de menos al anterior.
Los síntomas empeoran
El síndrome puede llegar a una fase aguda, con algunos de estos síntomas:
El descontento hacia el nuevo tutor se concreta en aspectos como la manera de enseñar, de evaluar, del tipo de tarea que propone, de cómo trata a los niños, de cómo maneja la clase, de cómo valora a su hijo, de cómo trata a los padres… El descontento empeora si el nuevo tutor es más estricto, exigente o simplemente no adorna demasiado las valoraciones.
Hay comentarios en voz alta en casa, que generalmente el niño los oye en más de una ocasión.
Rara vez, los padres que lo padecen hablan tranquilamente con el nuevo tutor o tutora y le exponen sus dudas o incluso su descontento, esperando una respuesta o explicación del nuevo profesor.
El síndrome del cambio de tutor se “va de las manos” cuando los comentarios negativos se empiezan a extender en la puerta del colegio o llegan a los grupos de whatsapp de las familias: cuando se llega a este nivel se entra en una fase crítica.
A pesar de todo, los niños suelen estar contentos con el nuevo tutor y no plantean grandes problemas ni rechazo manifiesto, salvo algunos casos en los que se dejan “contagiar” por los comentarios que escuchan de primera mano de las familias que lo padecen.
Es extremadamente contagioso.
Diagnóstico
El síndrome del cambio de tutor “se diagnostica” solo cuando no hay razones objetivas de incompetencia manifiesta del tutor o tutora para labor de educar y enseñar. Tan solo que utiliza otros métodos, tiene otros criterios y otra forma de ser diferente: hay tutores edulcorados con miel, otros con azúcar y otros simplemente con sacarina…
Consecuencias y curso del síndrome
Las consecuencias del síndrome del cambio de tutor pueden ser diferentes, tanto para los padres, como para los hijos, como para el profesor.
En primer lugar, crea un mal ambiente y enturbia la relación educador–familia, que debe ser fluida para garantizar una educación adecuada: se siembra la desconfianza hacia el profesor.
El síndrome contagia a otras familias y también a los propios niños, que pueden predisponerse negativamente hacia su tutor.
El tutor o tutora, se da cuenta de la desconfianza, le llegan los comentarios negativos y siente que no tiene el apoyo de las familias en su labor. Naturalmente produce sensaciones negativas y que su trabajo no se valora.
Tratamiento del síndrome del cambio de tutor
Para tratar el síndrome del cambio de tutor deben adoptar las siguientes medidas:
1. Un poco de empatía
Piensa por un momento si te gustaría que el tutor actuara contigo o con tu hijo de la misma forma: si os comparara con las familias y alumnos que ha tenido en años anteriores. O piensa cómo podrá sentirse ante la actitud que están mostrando hacia él los padres.
2. Conceder tiempo
Como ocurre con otros aspectos de la vida, es necesario conceder un tiempo prudencial para que el nuevo tutor o tutora se adapte a la clase, consiga dominarla y la clase también se adapte a él. En educación, las prisas nunca son buenas y juzgar a las personas en los primeros minutos, suele llevar a equivocaciones. Un tiempo prudencial significa dar la oportunidad de un trimestre de curso, para valorar su actuación.
3. Pedir explicaciones
Las actuaciones de los profesores suelen tener un motivo. Si no entiendes alguna actuación del nuevo tutor, no te gusta o no es válido con tu hijo, es mejor hablarlo directamente con el tutor, cuanto antes. Desahogarte en whatsapp con otros padres o en la puerta del colegio solo empeora las cosas, nunca las mejora. En esa entrevista, el tutor o la tutora puede conocer mejor a tu hijo, y tú conocerás mejor las intenciones del profesor. Y en el mejor de los casos, puede ayudar a que el profesor sea más objetivo con la situación y decida cambiar algún aspecto que no está dando resultado.
4. Hay diferentes formas de ser tutor
Existen profesores excelentes: tienen buen trato, son simpáticos, entusiasman, son innovadores, enseñan bien. Pero también hay buenos maestros… aunque no sean excelentes. “Cada maestrillo tiene su librillo”, dice el refrán español. Es decir, cada maestro tiene su método; método es una palabra de origen griego que significa camino. Cada maestro tiene su camino (método) para educar a los niños. También hay diferentes formas de ser: los hay más simpáticos, más cercanos o más distantes… pero a un tutor o tutora no se le juzga por su personalidad, sino por su profesionalidad, el trato respetuoso con las personas y su capacidad de enseñar.
Así que espero, que los que podéis padecer el síndrome del cambio de tutor os mantengáis prevenidos, y si alguna vez lo llegáis a padecer, lo tratéis adecuadamente.
jesusjarque
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9 comentarios en “Síndrome del cambio de tutor y su tratamiento”
Es cierto que uno se acostumbra, a quien te recibe, quien conoce las «mañas» de nuestros hijos para entrar, y quien nos cuenta como fue su día.
Sin embargo, en mi caso particular, donde por MUCHÍSIMOS actos de discriminación hacia mi hijo (soy mamá soltera de un niño inquieto y muy inteligente) tuve que tomar la difícil decisión de cambiarlo de colegio.
Tuve que pasar por dos colegios, hasta encontrar el que ahora SI es adecuado.
Mi hijo lee desde los 3 años, pero es hijo único y cuesta la parte de socialización, se aburre con facilidad ya que hace las tareas con mayor rapidez que el resto. Con poca paciencia los «maestros» me han dicho desde que era hiperactivo (médicamente descartado) hasta que el colegio no era recomendable para él. Pasando porque era un niño inmaduro para estar Jornada Completa en el colegio.
Cuando lo cambié, las madres lo lamentaron mucho pues era buen compañero, ayudaba a los demás niños en el uso del lapiz y siempre se preocupaba por quienes lloraba… (¿raro no?)…
Ahora la institución donde está, las seños muestran la preocupación de que, le cuesta jugar con sus pares, desde un aspecto de integrarlo, de compartirlo con sus pares para que ayuden a integrarlo y hasta fomentar juegos de equipo para lograrlo.
Muchas veces, los maestros hacen las cosas porque siempre las hacen así, porque tener niños que salgan de la media, les dificulta la rutina y les genera mayor esfuerzo.
Hay muchos y muy buenos maestros, estoy felíz con el nivel humano del colegio donde estoy mandando a mi hijo, pues en jardín y con 5 años ,calculo que es lo principal.
Mi hijo NO es el monstruo que les resultaba alguien que, en vez de dormir, arme un rompecabeza (si se lo ofrecían obvio) o se pusiera a leer un libro.
Estas opciones las conocieron las maestras actuales, porque se dignaron a llamar y preguntar… ¡ en un colegio ESTATAL! pequeñas actitudes que NO hicieron en un colegio privado donde organizaron como 10 reuniones para indicamre que mi hijo era un problema… y si claro que lo era!! para estas «docentes» donde un niño inteligente e inquieto desafía su comodidad…
¡Muchas gracias por tu testimonio Valeria!
Gracias por el artículo.
Yo creo que este año lo padezco un poquito. Intentaré ponerle tratamiento, aunque ya estaba en ello.
¡Muy bien! Espero que lo supere… ¡ánimo!
Buenas Jesús! Soy Juan Miguel. Estás en lo cierto y estoy de acuerdo contigo. Las familias se preocupan y lo que es peor, perjudican a l@s niñ@s que son los que van a la escuela. Por eso pido un poco de sentido común y relativizar las cosas como todo en esta vida.
Muchas gracias por tu aportación. Es muy interesante.