Las pesadillas son un fenómeno relacionado con el sueño infantil que preocupa a muchos padres y madres. Si hace unos días les explicaba los terrores nocturnos, esta ocasión les explicaré en qué consisten las pesadillas y algunas medidas de tratamiento.
Se trata de un sueño más largo y elaborado que provoca una intensa ansiedad o terror y termina despertando al niño. Las características principales son:
- La sensación de miedo o ansiedad se prolonga una vez despierto.
- El niño se deja consolar por los padres y la actuación de estos, es efectiva para tranquilizarlo.
- Cuando el niño o la niña se despierta es capaz de describir la secuencia de lo que estaba soñando con detalle, también suele recordarlo al levantarse por la mañana.
- El contenido de los sueños suelen ser peligros físicos como ataques o persecuciones. En otros casos el peligro es más sutil: fracasos personales, situaciones embarazosas... Suelen aparecer en la segunda mitad de la noche y predominan entre los 8 y 10 años.
Las pesadillas esporádicas son un proceso normal, pero hay determinadas situaciones que las pueden favorecer:
- En ocasiones pueden estar asociadas a ciertas situaciones emocionalmente más intensas: un programa de televisión, historias de miedo o una preocupación de los padres.
- Los niños y las niñas más inseguros son más propensos.
- También son más frecuentes en niños sometidos a un estrés psicológico y social intenso
¿Cómo pueden intervenir los padres?
- Cuando ocurre una pesadilla los padres deben centrarse en tranquilizar al niño y darle seguridad si se despierta.
- No deben llevarlo a la cama de los padres porque les acostumbramos y estropeamos el buen hábito del sueño.
- Tampoco debemos hablar del contenido del sueño en el momento ni encender la luz. El contenido lo comentaremos durante el día.
- Evitar la excitación excesiva: programas violentos, historias de miedo...
- Si el contenido del sueño se repite con frecuencia, investigar qué le provoca la ansiedad, tratar de hablar sobre ellos y serenarlo.
Si las pesadillas son muy frecuentes y provocan en el niño un malestar significativo, por ejemplo, miedo a dormir por tener pesadillas, sería conveniente consultar a un especialista para que pueda orientarles.
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