La mayoría de los colegios han concluido con algún tipo de actuación o festival de final de curso. En unos casos han sido bailes, teatros o actuaciones similares. Trabajo como orientador en un centro de Infantil y Primaria y cuando estaba presenciando las actuaciones de los alumnos del colegio en el que trabajo, quise escribir esta entrada. El festival de fin de curso, como el de la mayoría de los centros es un ejemplo claro de integración e inclusión de todos los alumnos, también de los que presentan necesidades educativas especiales.
Para la mayoría de los asistentes era imposible distinguir qué niños tienen necesidades especiales y qué niños no.
Todos han participado, cada uno desempeñando diferentes roles y funciones, asignadas según sus capacidades. Unos lo hacían mejor, otros con menos acierto, pero todos han participado, en la preparación y en la puesta en escena.
Unos tenía un papel protagonista otros más secundario, pero todos han tenido la ocasión de estar presentes, de lucirse y de ser admirados por los asistentes.
Ninguno ha sido excluído, ningún niño ha tenido que salir del grupo a ensayar a parte, a recibir "apoyo". Ningún educador ha preguntado qué hacía con tal o cual niño, todos han sabido adaptar la actividad.
Todos sin excepción han participado y contribuído al objetivo común de realizar un baile, una coreografía o una representación teatral.
Y además... todos han terminado satisfechos, felices y contentos.
Si han sido capaces de hacerlo en el festival de fin de curso... ¿por qué no seguimos el ejemplo a lo largo del próximo curso?
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3 comentarios en “El festival de fin de curso puede ser el modelo a seguir”
Efectivamente,
Una madre.