Signos de alerta de problemas emocionales para la escuela

signos de alerta de problemas emocionales para la escuela

En esta entrada te presento una serie de signos de alerta de problemas emocionales para la escuela, concretamente para el alumnado de Educación Infantil y Primaria, principalmente.  

Es el documento de referencia que utilizamos en el centro educativo en el que trabajo. Las tutoras de Educación Infantil y Primaria lo tienen en cuenta para detectar posibles casos de riesgo.

Es un programa que venimos desarrollando desde el curso pasado. El documento se encuentra en fase experimental, pero los signos han sido recopilados de diferente bibliografía sobre problemas emocionales en la infancia, de los criterios diagnósticos del DSM-5 y de algunos de los test de cribado más empleados en estas edades.

Comparto contigo este programa, por si lo ves adecuado para aplicar en tu centro educativo.

Las primeras medidas si tienes un hijo con TDAH, documento de Jesús Jarque para descargar

Qué son signos de alerta

Un signo de alerta es algo que llama la atención, que se sale de lo esperado a la edad del promedio de niños o niñas y que nos reclama prestar una cierta atención.

En muchos casos los signos de alerta son “falsos positivos”, es decir, falsas alarmas, pero ayudan a tomar decisiones para profundizar o no en lo que se observa.

Criterios para valorar los signos de alerta para la escuela de problemas emocionales

Cuando veas la lista de signos de alerta, verás que muchos de ellos están presentes en la mayoría de los niños alguna vez.

Sin embargo, para tenerlos en consideración debes tener en cuenta estos criterios:

  • Continuidad en el tiempo. El primer criterio es que tengan una cierta continuidad en el tiempo: considera que estén presentes durante al menos, dos semanas.
  • Intensidad. Que tengan cierta intensidad, para ello puedes comparar con el resto de niños y niñas de tu grupo. Por ejemplo, muchos niños se ponen nerviosos ante un examen, pero lo puedes considerar signo de alerta, si el nerviosismo de un niño excede de la inquietud promedio. También te sirve como criterio de intensidad que le esté afectando en su funcionamiento habitual en los estudios o en la relación con los demás. Por ejemplo, el rendimiento es inferior al que podría conseguir de no presentar esas emociones. 
  • Experiencia educativa. Siempre prevalece tu criterio profesional y tu experiencia educativa para decidir si es realmente un signo de alerta y ante la duda, consúltalo con el responsable de valorar los signos de alerta.
Las primeras medidas si tienes un hijo con TDAH, documento de Jesús Jarque para descargar

¿Qué hago si detecto un signo de alerta?

Si eres tutora o tutor y observas uno o más de los signos de alerta para la escuela de problemas emocionales que verás en el documento y cumplen los criterios anteriores, comunícalo a las personas responsables de estas cuestiones en el colegio.

Por ejemplo, en muchos centros será el orientador u orientadora del colegio, en otros es la Jefa de Estudios. Y si no hay persona responsable de recoger estos signos de alerta, quizás es el momento de establecer este puesto.  

La detección de uno varios signos de alerta, no quiere decir que haya un problema emocional ni tampoco justifica por sí solo un diagnóstico. Es solo una señal que hay que valorar. Como maestro o maestra, tu labor simplemente es comunicar lo observado, sin más valoraciones.

Si no hay otro profesional en el colegio para valorar esos signos de alerta, como tutor o tutora, puedes comentar con la familia lo que observas, para que lo consulten con otros especialistas, por ejemplo, el pediatra.

¿Qué pueden hacer los orientadores u orientadoras?

En el mismo documento ofrezco algunas pistas para los orientadores, muy generales, de cómo pueden proceder si le comunican que un alumno presenta esos signos de alerta. Son algunas referencias:

1º. Lo ideal es hablar con el tutor o tutora para que te explique en concreto en qué consisten esos signos de alerta.

2º. En función de los mismos puedes decidir continuar observando al niño, para concretar más: en qué momentos sucede, a qué puede estar asociado.

3º. Puedes entrevistar a la familia para ver si suceden en casa, si hay alguna circunstancia en el entorno familiar, qué hacen ellos…

4º. Una buena medida es hablar con el niño o con el chico sobre esos signos de alerta. Puede expresar mejor lo que le ocurre.

5º. Puedes decidir profundizar recopilando más información, por ejemplo, con escalas o cuestionarios relacionadas con los problemas emocionales.

En función de los resultados y de tu criterio profesional, puedes ofrecer pautas y orientaciones a la familia, al propio niño en incluso a la tutora, si fuera necesario.

En los casos en los que pueda haber signos de sospecha de un problema mayor (ansiedad, depresión, fobia específica…) es conveniente derivar al pediatra o a un clínico, para que los valore convenientemente y adopte las decisiones clínicas que considere, por ejemplo, derivar a un especialista.

Preocupación por la salud mental

En la escuela no somos ajenos a los problemas de salud mental de nuestra sociedad. De hecho, se cuenta con la escuela para muchos aspectos educativos no relacionados con los aprendizajes académicos: la alimentación saludable, el reciclaje, la educación vial…

Los datos recientes de problemas de salud mental y en especial, los referidos al suicidio, son para tenerlos muy en cuenta. El suicidio resulta ser la primera causa de muerte no natural: el dato es contundente.

¿Y no podríamos hacer algo desde la escuela donde tenemos al 100 % de la población infantil?

Como siempre digo, mejor hacer cosas imperfectas que no hacer nada, así que comparto lo que hacemos desde el colegio en el que trabajo, por si las circunstancias de tu centro te lo permiten.

¿Y si sobrecargamos el sistema?

He tenido mis reticencias a la hora de publicar esta entrada. Las mismas que he tenido a la hora de utilizar este listado en el centro en el que trabajo.

Una de esas reticencias es la sobrecarga de trabajo y de responsabilidad de las tutoras y tutores, para mí como orientador (y mis colegas) que no vamos sobrados de tiempo y además, la sobrecarga a pediatras o salud mental infanto juvenil.

Sin embargo, un pediatra amigo me aconsejó llevarlo a cabo, profesionales de Salud Mental Infanto Juvenil que conozco, no me han quitado la idea y las tutoras y tutores no se han quejado, aunque suelen soportar estoicamente todo lo que se les propone.

La clave puede ser una detección temprana de los problemas y a lo mejor evitamos problemas mayores en el futuro.

La gestión de las emociones y la salud mental, es una asignatura pendiente para todos. Desde los coles, podemos hacer algo similar a lo que os propongo.

Espero que te ayude y te resulte útil.

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