Según datos del Instituto Nacional de Estadística de España (INE) la tasa de disoluciones matrimoniales (nulidades, separaciones y divorcios) es de 2,35 por cada 1.000 habitantes. Desconozco si los datos incluyen también las parejas de hecho. En cualquier caso, la tasa es considerable. A estos datos habría que añadir aquellas parejas que permanecen unidas pero que no dejan de ser meros huéspedes bajo un mismo techo donde la vida matrimonial ya no existe.
Que la tasa es elevada lo demuestra además el hecho de que casi todos tenemos en nuestro entorno cercano más de una pareja que se ha disuelto. En esta entrada quiero compartir con vosotros algunas inquietudes sobre el tema y propuestas para mejorar la situación.
La separación no llega por sorpresaCasi nadie se separa de la noche a la mañana ni por capricho. Desde mi experiencia de orientador he atendido a familias y parejas que han pasado por este trance. En muchas separaciones se ha llegado a la disolución por una acumulación de pequeñas dificultades que se convirtieron en un problema sin salida: un simple catarro que no fue tratado correctamente y que terminó convirtiéndose en una neumonía mortal.
En un porcentaje considerable, una intervención preventiva a tiempo hubiera reconducido la relación y hubiera evitado la disolución: pero la herida se ha ido infectando, no se le ha prestado la suficiente atención, ha seguido sin tratamiento y finalmente ha habido que amputar el miembro.
La escased de acciones preventivas Aunque desconozco el número de parejas que acuden a una terapia, la tradición en nuestro país es que los que acuden lo hacen como último recurso, demasiado tarde y cuando la situación prácticamente no tiene solución. En todo caso, siempre soy partidario de gastar más energía en la prevención, en el tema de pareja también. Una acción preventiva pasaría por educar en la vida en pareja. La realidad es que no existen (o son muy escasas) estructuras formativas con este fin: esta formación no está institucionalizada. Conocemos los "cursillos prematrimoniales" para los que optan por el matrimonio cristiano que suelen tener un carácter obligatorio con lo cual, aunque la formación es buena, no es acogida con la suficiente motivación. ¿En qué consistiría la formación? Aunque no hay fórmulas mágicas, los contenidos de esta formación podrían incidir en dos vertientes: - Por un lado, en desmitificar algunas falsas creencias que existen en torno a la vida de pareja y que provienen más bien del mundo de la fantasía, del cine, la novela, pero que no se corresponden con la realidad. Estas falsas creencias marcan unas expectativas irreales. Por ejemplo, comprender la diferencia entre el enamoramiento y el amor aliviaría muchas situaciones. - En segundo lugar, la formación se centraría en transmitir unas pautas básicas para la vida en pareja. Al igual que ocurre con las pautas educativas básicas para educar a los hijos, estas pautas para la vida en pareja no aseguran el éxito, pero cuando se aplican, aumentan la probabilidad de que la vida de pareja sea más saludable. La relación con la familia política, la organización económica de la pareja o lo que yo llamo "el romanticismo de la vida cotidiana", son algunas de esas pautas. La estrategia consistiría en ofrecer esta formación para que las parejas que lo deseen tengan la posibilidad, mejor que hacer algo "obligatorio" que siempre se presta más al rechazo, picaresca y desvío de los fines. ¿A quién corresponde? Pero surgen varias cuestiones: ¿quién ofrece esa formación preventiva para la vida matrimonial? ¿Desde qué estructuras? ¿Depende solo de la iniciativa privada, como las instituciones religiosas? ¿Se puede ofrecer la formación desde instituciones públicas? Algunos servicios públicos relacionados con los servicios sociales no sé si ofrecen esta posibilidad: normalmente tienen que acudir a las "urgencias" y los educadores de familia suelen realizar mayoritariamente una labor terapéutica y de "apagar fuegos". Propongo comenzar por una estructura que ya existe en muchos lugares: las Escuelas de Padres y Madres o como se está viniendo en llamar las Escuelas de Familia. Se trataría de incluir esta temática entre sus contenidos y objetivos y estaría abierta a las familias con y sin hijos. Me quiero implicar Personalmente me quiero implicar en esta labor. Para ello he abierto dos líneas de acción: - Por un lado, es un tema que vengo incluyendo en el Blog y que voy a seguir tratando. - Por otro lado, en la oferta de charlas formativas para familias y escuelas de padres y madres he incluido una que aborda este tema. Si algunos de los responsables de organizar estas sesiones de formación quiere puede contar conmigo. La prevención es la intervención más rentable, aunque desgraciadamente no deja resultados palpables y espectaculares a corto plazo. Además, cuidar a las parejas es una forma de mantener saludable a una sociedad: es una inversión que vale la pena. Y vosotros y vosotras ¿qué pensáis?jesusjarque
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9 comentarios en “¿Quién previene a las parejas?”
Me ha encantado que trates este tema Jesús, creo que las emociones etán descuidadas, desde todos los ámbitos de la vida…
Gracias Ana María, la verdad es que la pareja es una de las fuentes de satisfacción ( e insatisfacción) de la mayoría de los seres humanos ¿Por qué no hacemos algo por mejorarlas?
excelente propuesta
La estrategia consistiría en ofrecer esta formación para que las parejas que lo deseen tengan la posibilidad, mejor que hacer algo “obligatorio” que siempre se presta más al rechazo, picaresca y desvío de los fines.
Una propuesta interesantísima, Jesús. En terapia de pareja, creo que muchos de mis compañeros compartirán mi experiencia, se puede predecir con un alto porcentaje de acierto que pareja continuará y cual no. Precisamente la clave está en el momento en que acuden a buscar ayuda: si el conflicto se ha iniciado en fecha relativamente próxima y sigue habiendo amor es casi seguro que se corregirán los errores y la pareja seguirá adelante. Si la historia de conflicto es larga y el amor se ha visto afectado cada uno de los miembros de la pareja mantendrá su postura, pese a los altos costes, y será muy difícil el cambio. Con este panorama tu propuesta preventiva se hace muy necesaria.
Un saludo.